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Channel: Semillas De Acacia
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Bogotá íntima

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La Candelaria
Bogotá, la capital de Colombia, urbe con aproximadamente ocho millones de habitantes, está ubicada en la cordillera de los Andes a "2.625 metros más cerca de las estrellas" como dice la corporación de turismo colombiana.
Ahí nací y crecí en el siglo pasado, luego emigré pero siempre regreso varias veces al año con ojos de turista, alma de bogotana, sola o acompañada por mi ex, mis hijos o mis amigas y amigos.
 Paso varias semanas con mi mamá, mi familia numerosa y alegre,  me reúno con las "niñas del colegio" las compañeras de primaria y bachillerato de hace muchos muchos años y recorro las calles de Bogotá  siempre descubriendo cambios o buscando esos lugares que conozco desde mi infancia.
Es una ciudad para disfrutar.  Si llegan por avión, en el aeropuerto internacional El Dorado, pueden cambiar a pesos colombianos sus dolares o euros y tomar un taxi a la salida del aeropuerto a mano derecha. El servicio es seguro, barato y las tarifas se fijan de antemano en el aeropuerto según su dirección de destino.
El servicio de taxi en la ciudad es económico y se rige  por una tabla de puntos que está disponible para los pasajeros.
El transporte público como el Transmilenio es rápido y seguro pero muy congestionado en las horas pico. Hay buses y busetas que cubren todas las rutas en Bogotá pero hay que conocer bien la ciudad.
La oferta de comida es amplia, sabrosa y variada para todos los gustos y bolsillos.
Los centros comerciales son enormes y muy bien surtidos. Los objetos más buscados por los turistas son:  esmeraldas, joyería en plata y oro, objetos de cuero como carteras, chaquetas, zapatos, artesanías en barro, tejidos, café, muebles y libros entre otros.
Hay varios mercados de pulgas como el de Usaquén los domingos.
Los turistas más jóvenes van de rumba especialmente al  norte de la ciudad por la calle 93. http://www.parque93.com/

Hay que estar preparado para la lluvia en Bogotá.


Comenzar por la Plaza Bolívar y la Candelaria
Para a disfrutar a Bogotá se puede comenzar por el centro, por la Plaza Bolívar, ahí comenzó la historia de la ciudad. Fue fundada por la expedición comandada por el español Gonzalo Jimenez de Quesada y dicen los historiadores que fue en la actual Plaza Bolívar donde se construyeron 12 chozas y una iglesia en 1538 pero los muiscas habitaban la gran extensión de la meseta desde cientos de años antes.

Al fondo el cerro de Monserrate

Desde la Plaza Bolívar hacia el oriente donde están los cerros de Montserrate y Guadalupe pueden encontrar varios museos como el de Fernando Botero que alberga la colección donada por el artista a la nación, al lado está la Casa de la Moneda. Me gusta ese lugar porque vi las monedas antiguas rescatadas de los botines de guerra de los piratas del caribe. Hay iglesias coloniales, museos de arte colonial, casas de poetas como la de Rafael Pombo, bibliotecas públicas, una enorme librería en el centro Gabriel García Marquez, pequeñas joyerías y restaurantes,dulcerías como "La puerta falsa" a un costado de la Catedral, hay pensiones y pequeños hoteles para los turistas mochileros.


Monserrate es un cerro que puede ser subido a pie, en teleférico o en funicular durante el día o la noche. Desde arriba se observa la gran Bogotá, se puede visitar la Iglesia con su famoso Cristo, comer en los restaurantes criollos o en los que ofrecen comida francesa en la noche. Se camina, se siente el viento, se ve la cordillera que va más allá de Bogotá y hay que ir siempre abrigados.http://www.cerromonserrate.com/
Las llamas o alpacas  han llegado a Bogotá
La carrera tercera
En la cima de Monserrate
El Museo  del pintor y escultor  Fernando Botero
Al bajar de Monserrate, unos metros más abajo, está la Quinta de Bolívar. Una casa que albergó a Simón Bolívar cuando estaba la ciudad. Esta bien mantenida y recorrerla es un placer. Se oye el agua que aún corre por las canales del piso, se observan los frescos de las paredes de la época y el mobiliario.
La quinta de Bolívar al pie del cerro Monserrate
Las calles de la Candelaria siempre guardan sorpresas y hay recorridos gratis a pie guiados en español o en inglés por el Instituto Distrital de Turismo http://www.bogotaturismo.gov.co/puntos-de-informacion-turistica-pit
Cupo y forma de inscripción: El cupo establecido es de 20 personas, pero igual, si sólo hay una persona inscrita se lleva a cabo. Los interesados deben inscribirse personalmente, por teléfono o vía internet al PIT Centro Histórico Tel: 2837115 Mail: pitcentrohistorico@idt.gov.co
También hay recorridos en bicicleta, http://www.toursenbicicletaporbogota.com/

En la última visita fui al convento de Santa Clara de las monjas clarisas de clausura. Una joya de arte colonial y vi el cambio de guardia presidencial al atardecer.http://wsp.presidencia.gov.co/CasaNarino/Paginas/CasadeNarino7.aspx

El Museo de Oro   http://www.banrepcultural.org/museo-del-oro/


Piezas de orfebrería del Museo de Oro, culturas precolombinas.

Es uno de los lugares que vale la pena visitar una y otra vez. La colección del Banco de la República da cuenta de objetos de oro cotidianos y sagrados de las diversas culturas precolombinas que habitaron Colombia. Ahí aprendí que hay huellas del hombre desde hace 10.000 años en territorio colombiano.

Las flores

La sabana de Bogotá es un centro de cultivo de flores de calidad de exportación. Los habitantes de Bogotá sienten pasión por las flores y las cultivan en sus jardines y siempre hay flores frescas en casas, edificios y sitios públicos. Son enormes, coloridas, surtidas, variadas, hermosas y muy económicas. En casa de mi mamá siempre va la vendedora de flores los días martes. Ella va a veces con su hija, conoce a sus clientas y las surte de acuerdo a sus gustos.






Vendedoras de flores

Los habitantes de Bogotá


Los paseadores de perros en las ciclo-rutas

En el mercado de pulgas de Usaquén



Las ciclovías











Bogotá...olor a tierra mojada y a pasto tierno.

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En Bogotá amamos: el pasto, la grama, el prado, los árboles, las flores, los parques y un buen día de sol. La temperatura promedio es de 18 grados centígrados, frío de montaña especialmente en el amanecer y en la noche. Cuando comienza a soplar el viento y empuja  las nubes cargadas de agua, nosotros sabemos con certeza que va a llover por el olor. Sí, olor a lluvia.


 Un día estaba en ciudad de México trabajando y sentí el olor a lluvia. Me regresé a la oficina por el paraguas y les dije que iba a llover. A los diez minutos cayó un aguacero memorable que sirvió para que mis compañeros me bautizaran  como pitonisa. Les expliqué que no era un don adivinatorio, que ese conocimiento venía en los genes de los bogotanos y lo perfeccionamos a lo largo de la vida. Además somos muy sensibles al olor a tierra mojada. Tenemos una relación cercana con el planeta. En los días soleados nos sentamos o nos acostamos sobre el pasto a ver pasar las nubes. También nos colocamos boca abajo a conversar y mordisquear la base de los tallitos del pasto tierno. Así aprendemos a olisquear la tierra y a sentirla con las manos. Los niños dan vueltas sobre la grama, los obreros duermen la siesta al mediodía en los parques o juegan al fútbol y los fines de semana y festivos, los parques se llenan de familias en los días soleados, pero cuando llueve Bogotá huele a hierba mojada.






Con ojos de turista en el Delta del Orinoco

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El río Orinoco después de recorrer  más de 2100  kilómetros, desde su nacimiento en la serranía Parima al sur del Estado Amazonas en Venezuela, desemboca en el Océano Atlántico en un delta que tiene una superficie de 41.000  kilometros cuadrados.
Esta gran extensión está formada por islas y 300 caños en cuyas orillas viven los waraos(hombres de canoa). Son los habitantes más antiguos de Venezuela. (Algunos antropólogos hablan de 8 a 9 mil años.)
Mi relación con el gran Orinoco y la etnia warao comenzó hace décadas cuando estudié su idioma y literatura en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Mi profesor fue el antropólogo y lingüista Esteban Emilio Monsonyi, quién nos introdujo en el idioma y la visión de mundo reflejada en la literatura oral de los waraos. Ya se había cerrado el Caño Manamo y los waraos sufrían los cambios ecológicos que afectaron su hábitat.
San Francisco de Guayo con ojos de turista
Años más tarde viajé a San Francisco de Guayo con  mi amiga fotógrafa francesa, su esposo y varios franceses. Salimos de Caracas  y llegamos a Ciudad Bolívar, un grupo en avión y otros por tierra para seguir en un transporte privado hasta Piacoa donde nos esperaba el dueño (también francés) de la posada Tobe Lodge, con dos lanchas para ir a Guayo. El Orinoco majestuoso nos recibió amablemente, comenzamos a navegar por esas aguas inmensas,  nos bajamos en Isla Guasina, caminamos sobre su arena sonora y llena de libélulas. (Esta isla albergó un campo de concentración y un centro penitenciario). Pasamos por Santa Catalina, el aire se llenó del aroma de las flores blancas del árbol Sinfonía y comenzó una lluvia torrencial que retrasó el ritmo de la lancha y tardamos seis horas en llegar a Guayo. Nos esperaba la esposa con una exquisita cena.
La posada construida como todas las casas (janokos) de los waraos sobre pilotes de madera en aguas del Orinoco tenía pequeñas habitaciones con bañeras en el cuarto de baño.  
Fue un viaje ecológico, de reconocimiento de la fauna, la flora, de acercamiento a la vida cotidiana de los waraos. Nos llevaban  en pequeñas curiaras(canoas) construidas con troncos de árbol y cuando las distancias eran más largas, en la lancha de motor fuera de borda.

Un día nos adentramos en la selva húmeda. Nos calzamos unas botas fuertes y altas de caucho para andar entre manglares y pantanos. Vimos arañas y otros insectos enormes, oímos aullar a los monos araguatos y el parloteo de las guacharacas de agua. Los warao nos fueron mostrando sus árboles sagrados, de donde han obtenido su sustento por miles de años. Cortaron una palma de manaca de donde se extrae el palmito. Para un kilo de palmito se necesitan 4 palmas grandes de 4 a 9 años de edad. Sólo se utiliza el corazón del tallo. Cortaron hojas de una palma de temiche para reparar el techo de la posada y conocimos la palma de moriche, el gran tesoro de los waraos. De la palma de moriche utilizan sus hojas para hacer fibra vegetal con la que tejen a mano sus chinchorros o hamacas y su hermosa cestería, extraen una fécula para hacer bebidas y harinas. Cuando el moriche se pudre nacen unos enormes gusanos gordos y se los comen asados. Aprendimos de yerbas y usos medicinales como el del mapurite para curar el cáncer y nos cortaron un fruto de la palma de temiche  y bebimos su líquido cuando nos dio sed. 

En otra oportunidad fuimos a pescar pirañas en los pequeños caños remando las curiaras, por supuesto de ayudantes de los waraos que tienen un sentido de orientación ancestral que los guía por esa inmensidad de caños y manglares.
Cada día fue una aventura inolvidable. En los amaneceres nos sorprendían los enormes arcoíris. En las tardes llegábamos hasta los manglares donde dormían miles de arrendajos en los árboles. De lejos parecían flores amarillas y al acercarnos con el motor de la lancha apagado para no alterar su paz, vimos los arrendajos acomodándose en las ramas de los árboles para pasar la noche. También buscábamos los dormitorios de los ibis rojos, o esperábamos por largo rato el cambio de las corrientes del río para llegar hasta los janokos para ver a las mujeres waraos haciendo sus chinchorros, tejiendo las cestas, enseñando a sus hijas el arte del tejido, cocinando en los fogones el ocumo y el pescado del rio.  En las noches, llegaban a la posada las mujeres y los niños waraos con su danzas y cestería para vender. El último día nos llevaron a la Isla Barril, ahí frente al océano Atlántico. Pasamos las  horas, atónitos y asombrados, con la sensación de estar en el comienzo del mundo, en territorio virgen y sagrado. Sentimos que somos parte de la naturaleza perfecta, armónica y agradecidos por el privilegio de estar en territorio warao, de haber compartido con este pueblo indígena tan sabio que ha conservado su hábitat a través de los siglos y los siglos.

Diez años después
Volví diez años después y los cambios son evidentes. El francés cerró su posada Tobe Lodge  aunque aún vive en Guayo aprontando su partida. Su esposa se fue Francia a cuidar de su mamá. Los turistas han mermado y han llegado los equipos de trabajo de Instituciones públicas y privadas  que trabajan en salud, educación, alimentación, recursos naturales como el gas y biodiversidad.
Hay más lanchas de motor a lo largo del río, pero el combustible sigue siendo costoso y escaso. Los warao han abandonado sus vestimentas y el torso desnudo (los hombres), se han cubierto con ropas occidentales. Cuentan que cuando empezaron a recibir ropa regalada  comenzaron a sufrir enfermedades de la piel, especialmente los niños,  pues pasaban días y días con la misma franela y pantalón. 

Con la luz eléctrica llegaron los instrumentos que les facilita la vida como sierras para el corte de los árboles y la madera, las neveras pero también los aparatos de música a todo volumen. 

La educación intercultural bilingüe lleva a los niños desde muy pequeños a la escuela. Antes permanecían al lado de sus padres todo el día aprendiendo sus labores de tejido y cocina, las niñas y los varones la pesca y las labores de siembra. Ya no tiñen de colores naturales los hilos con que matizan cestas y chinchorros y los están sustituyendo por fibras de colores más resistentes pero sintéticas. Perdura eso sí el tejido con fibras extraídas de la palma de moriche. Se han introducido nuevos “alimentos”, chucherías, bebidas gaseosas, cerveza y aguardiente. Esta vez vi los lugares donde se asienta la población que ha migrado a los centros urbanos. Centros de pobreza y desarraigo.
Por otra parte conocí los hospitales bien dotados de Barrio Adentro y a los médicos venezolanos que allí trabajan comprometidos con su misión de curar y prevenir las enfermedades de la población warao. Hay lanchas para transporte público, escolar y ambulancias.

Energía Solar:

En la posada Maraisa de Guayo se instalaron paneles solares  en cada habitación que ofrecen energía suficiente para prender los bombillos, cargar las baterías de celulares y computadores o utilizar una radio.  Fue un proyecto patrocinado por la empresa francesa TOTAL  que trabajó junto a las comunidades waraos para desarrollar este sistema de energía solar. Los waraos fueron consultados, les explicaron qué es y cómo funciona la energía solar. Las comunidades que aceptaron participar fueron entrenadas en la parte práctica del montaje y mantenimiento de los paneles solares, convertidores y de todo el sistema fotovoltaico. Desde hace cinco años se han incrementado los grupos poblacionales waraos que cuentan con este sistema de energía ecológica.
El rio Orinoco sigue fluyendo hacia el Atlántico, la etnia warao y los jotaraos que habitan sus orillas y los que de vez en vamos sabemos que según Heráclito “nunca nos bañamos dos veces en el mismo rio, porque el rio no es el mismo y nosotros tampoco”



Margarita Roussel Les Melodicontes...allá en París.

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Margarita Victoria Eugenia se fue a París hace muchos muchos años.  En su maleta se llevó su educación musical, su título en educación pre-escolar, sus raíces colombianas y su sueño de artista creativa.
Ha creado numerosos  cuentos con melodía y música. De las manos de su suegra salieron tejidas amorosamente gran cantidad de sus personajes y hoy por fin podemos escuchar y deleitarnos con uno de sus melodicuentos.

Pasión de araguato

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Regresábamos de Nabasanuka, allá en el Delta del Orinoco y de repente la lancha se detuvo en la mitad del río. Nos miramos, pensamos: ¿Si se había acabado la gasolina?, ¿Si el motor se había enredado con un palo?, ¿Si estábamos perdidos entre esos caños? y le preguntamos al motorista(así le dicen al que maneja lanchas con motor fuera de borda en esos lares) ¿Qué pasaba? mientras la lancha se mecía en el agua. Señaló con el dedo un punto rojo en el agua, ¿un coco flotando, un tronco?  Nada de eso, era un mono araguato nadando en esa inmensidad de río.

 Acercó la lancha y nos pidió que lo agarráramos y lo subiéramos a la lancha. ¿Y cómo se agarra un araguato en el agua? Por la cola, nos dijo el hombre a nosotros los recién llegados de Caracas. Estábamos en un viaje de trabajo: tres mujeres pediatras, tres  jóvenes estudiantes de medicina y yo. Las mujeres nos alejamos lo más posible del mono, dos sacamos las cámaras fotográficas y los chicos trataron infructuosamente de agarrar al araguato por la cola y sacarlo del agua. El motorista se dio por vencido, entregó el mando del motor y rápidamente metió la mano al Orinoco, tomo la cola del mono y lo levantó tratando de meterlo en la lancha.
Y comenzó ese mono a aullar, a chillar, a mirarnos ferozmente. Ese era un animal salvaje tratando de escapar y lo hizo.

El motorista nos aclaró que no era mono araguato sino mona araguata y volvió a sacarla del agua y vimos que efectivamente era hembra por sus genitales abiertos e hinchados como una flor y ¡zas! al agua otra vez la mona y se alejó nadando, ella tan pequeña y tan salvaje.
Pues la mona estaba en celo, nos dijo el motorista, y estaba cruzando el río porque su araguato la llamaba desde la otra orilla. Nos quedamos en silencio y  escuchábamos a los monos  araguatos o aulladores  entre los árboles.


Comenzamos a hablar de ese instinto reproductor, esa pasión desatada, esas hormonas alborotadas de la araguata o de cada uno de nosotros que nos hace ir detrás del araguato que nos llama, no importa el tamaño del río que tengamos que cruzar.
Yo tengo mis historias y espero que usted también las tenga y que sus ganas de hacer lo mejor ( por lo que sea: la vida, el amor, el arte, los hijos, la pareja, la familia, su trabajo, la salud, los amigos, el deporte, los viajes, los libros, la fotografía, la danza, los gatos, los perros, el medio ambiente, el cine, la cocina...) sigan con fuerza  y pasión de araguata.  




Achispados y alegres disfrazados de San Nicolas en New York

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A comienzos de Diciembre si usted está en New York se puede sorprender un día como me ocurrió a mi , al ver gran cantidad de chicos y chicas jóvenes vestidos como San Nicolás o sus duendes y ayudantes.



Es una costumbre que tienen los jóvenes habitantes de la gran manzana. Lo llaman el día de San Nicolás  y vestidos así van de bar en bar, pasean en grupos alegres por las calle, se reúnen en el Parque Central ya un poco achispados por las rondas de la mañana.


Un día feliz en la represa del Neusa.

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La represa del Neusa está en mi vida desde hace decenas de años. Mi hermano Ricardo nos llevó por primera vez y fue un amor a primera vista. Hemos ido en familia, con amigos, con sol, con lluvia, con viento, se han estropeado algunas veces los autos, hemos elevado cometas gigantes, paseado por los bosques y siempre terminamos cansados y felices de regreso a Bogotá.
 Este vez mi hija Camila cumplió treinta años y decidió venir con Alison a celebrarlo en Bogotá.(Ellas viven y trabajan en New York). Armamos el paseo, después de la rumba de cumpleaños con un conjunto de música vallenata, y cada grupo familiar eligió que llevar al Neusa: la carne, los chorizos, las bebidas, los platos, el carbón, el guacamole, las papas y nos propusimos salir temprano.
El parque y la represa del Neusa quedan a 65 kilómetros de Bogotá,  vía Zipaquira cerca del pueblo de Cogua. http://www.car.gov.co/?idcategoria=1260 

Mi cuñado se adelantó tempranito para conseguir un kiosko con parrillera y como le gusta mucho la naturaleza eligió la entrada más alejada: la número 7 cerca del restaurante Los Laureles. 
Fuimos llegando al parque y pagamos las entradas,(Los mayores de 60 años no pagan) y comenzamos a subir  por la montaña buscando la entrada 7. Llegamos a los Laureles y seguimos por un carretera destapada, 7 kilómetros hasta llegar al sitio. Nos cruzamos con parejas en motocicleta, casas de campesinos que venden cuajada fresca y dulces, animales domésticos como gallinas, ovejas, terneros, perros y con siembras de hortalizas y hierbas. Al fin llegamos: de un lado un bosque de pinos, del otro el restaurante y una bajada hasta la orilla del embalse del Neusa.


La dicha fue total, celebramos la llegada, el día espléndido, el espacio para correr, saltar, jugar, dormir, soñar y estar juntos.

El chef ya tenía el fuego listo.
Y su ayudante partía trocitos de carne, de chorizos, de morcillas cuidadosamente.
Cuando calienta el sol en el Neusa es tenaz y picante. Hay que usar protector solar y ponerse a la sombra.

Una de las sensaciones más hermosas es adentrarse en el bosque, caminar entre su tapiz de agujas secas de pino, sentarse en esa alfombra vegetal y sentir el sonido del viento entre los árboles, las ramas de los pinos que crujen, el viento que te despeina y el solecito tibio.
Después de comer y del postre de obleas con café tinto hecho con leña, vino el partido de fútbol:  los jóvenes contra los mayores. El campo de fútbol se marcó a la orilla del agua y el desnivel llevaba la pelota frecuentemente al embalse. Los voluntarios entraban al agua rescatar el balón y finalmente el ansiado gol llegó. No se quien ganó, se armó una montonera, nos reímos hasta el cansancio y comenzamos a despedirnos de este lugar hermoso, amplio, limpio, agreste y público, recogiendo la basura, las bolsas plásticas y los vasos que el viento se llevó al agua, apagando los carbones y leños y terminando el guaro (aguardiente)entre los que no estábamos designados como conductores. Nos dimos los abrazos más apretados de ese día pues cada uno regresaba a casa en Bogotá, mi hija y Alison al frío de enero en New York y mi ex y yo a Caracas. Ahí quedó el Neusa, sereno, esperando nuestro regreso. 












Gran mercado de flores en Paloquemao, Bogotá.

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Nuestros padres además de darnos el regalo de la vida nos van criando a su manera, con sus creencias y costumbres. Mi papá me regaló la poesía, el orden, la importancia de la palabra dada, la puntualidad, el gusto por la comida, el sentido tribal de la familia y el amor a los mercados. De  mi mamá heredé el respeto por la naturaleza, la presencia siempre de flores frescas en la casa, el ahorro, el sentido común, la comida sana y nutritiva, el amor a los niños y la calma en momentos críticos. Para los dos, la compra de los alimentos, era un ritual. Se iba a la plaza del mercado con canastos y se elegía cuidadosamente la fruta, los vegetales, la papa, los plátanos, los huevos y otras vituallas. Mi papá tenía sus marchantas preferidas. Las señoras de la plaza eran campesinas de manos curtidas, con sombrero, frondosas trenzas,  ruana, faldas amplias con bolsillos enormes para guardar el dinero y hermosos zarcillos de oro y aguamarinas en sus orejas. Y como mi padre era goloso probaba de todo pero tenía preferencia por la comida de su infancia. Nos encantaba ir con él a mercar y a saborear las arepas de queso, el pan de zagú, los envueltos de maíz tierno allá en la Plaza de Paloquemao en Bogotá. Además cada vendedor nos daba a probar su mercancía, un pedazo de naranja dulce, una porción de aguacate untuoso, una tajada de piña, una ciruela, una mora ácida o  un pedacito de cuajada envuelta en hojas de plátano. Pasó la vida y volví a Paloquemao en diciembre pasado a comprar los ingredientes de la cena de Navidad y conseguí muchos cambios. Las campesinas se han ido casi todas y están sus hijos o nuevos dueños con uniformes. El mercado se ha diversificado además de frutas, vegetales,papa, verduras hay puestos de carne, pollo, mercancía seca, utensilios de barro, madera y metal para cocinar, restaurantes y en la parte exterior un enorme mercado de flores. /http://www.plazadepaloquemao.com/
La variedad de flores es muy grande

 El mercado de flores se realiza todos los días pero el  viernes, sábado y domingos hay más variedad de flores.
Eso si hay que madrugar.
Los mayoristas llegan tempranito en camiones repletos de flores desde distintas partes del país. 
La variedad impresiona pero más aún los precios. Una docena de rosas por dos dólares, claro si son de exportación de tallo largo cuestan mas.



Los mayoristas llegan tempranito en camiones repletos de flores desde distintas partes del país. 

Flores amarillas para el fin de año
Las flores amarillas no faltan en los hogares de los bogotanos. Tenerlas en casa es de buen augurio para recibir el año nuevo.

El movimiento es continuo. Las flores son acomodadas en baldes, con protección de cucuruchos de papel celofán, manos habilidosas limpian los tallos, acomodan pétalos, resguardan con mallas flores individuales y se comercia desde la madrugada.

 Compran los dueños de floristerías, los grandes hoteles, las iglesias, los revendedores, las amas de casa, las agencias de festejos y los turistas.

 Es imposible no sucumbir al encanto de rosas, astromelias, pompones, claveles, lirios, cartuchos, girasoles, nenúfares y muchas más flores frescas, coloridas, delicadas, raras, exóticas, comunes, fuertes y colombianas a mucho honor.




Posada Lagunamar en la Vela de Coro.

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Vista desde las habitaciones de la posada Lagunamar al atardecer

El viaje a Coro es largo por tierra desde Caracas, unas seis o siete horas y cerca por aire: unos 45 minutos desde el aeropuerto de Maiquetía en La Guaira hasta Punto Fijo o Coro.

 Coro es la capital del Estado Falcón  y tiene unos médanos enormes de arena que son una delicia para caminar por esas dunas o deslizarse sentado desde la cima. El clima es caluroso, la vegetación xerofita, la gente tranquila, el viento intenso, la ciudad colonial y pequeña. 
Muy cerca queda La Vela y ahí frente al mar mis amigos: Daniela y Alexandre construyeron su posada LagunaMar. 
El, libanés, arquitecto y artista diseñó el lugar. Ella, francesa, ex diplomática, fotógrafa y viajera empedernida fue dando calidez al albergue para turistas.










Son siete habitaciones todas con vista al mar y abiertas al viento o si el cliente lo prefiere puede utilizar el aire acondicionado. Para ver las habitaciones vaya a la página web  lagunamarlavela.com


  Aquí viven Josefina y Napoleón, dos hermosos morrocoyes comedores de frutas


 La posada se parece a sus dueños: ecológica, interesante y tranquila. En cada rincón hay una historia y ellos son buenos narradores. Los cubrecamas son de algodón de la India, algunas de las pinturas las hizo Alexandre, las tallas de madera fueron realizadas por diferentes artesanos y artistas venezolanos,  hay tapices egipcios a la venta y un café sabroso mañanero preparado por Daniele. Ella se calza sus botas de caucho y se van con Gina, su perra negra,  a la lagunita de manglares, que queda al lado, a limpiarla todos los días. 
 Es el lugar ideal para descansar, frente al mar, cerca de la playa, de las caminerias, los restaurantes populares y al pueblo de la Vela. Lo mejor es el atardecer, sentados cara la viento, viendo el sol sumergirse en el mar caribe lentamente.





Un regalo en el Parque del Este. Caracas bonita.

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Habito Caracas desde hace décadas. Amo el clima aunque cada día es más caluroso. Uno de mis sitios preferidos es el Parque del Este, bueno, el Parque Miranda. Ayer fui a realizar un trámite con transito terrestre y tuve la feliz idea de estacionar lo más lejos posible del lugar de la inspección de los autos y caminar a través de la naturaleza y tomar algunas fotos. El parque estaba precioso, los árboles florecidos, las aves alborotadas, las ardillas como locas recogían semillas, las guacamayas ruidosas picoteaban mangos y almendras, las parejas de enamorados se abrazaban en cada rincón, los deportistas trotaban, corrían, practicaban artes marciales, jugaban fútbol, los niños escolares jugaban acompañados de sus maestras, las familias llegaban con su pequeños hijos y el aire estaba cargado de humedad. Comenzaron a llegar nubes negras, cayeron gotas grandes que transformaron en un buen e intenso aguacero tropical. Guardé la cámara fotográfica y seguí caminando bajo la lluvia. Estaba en la mitad del parque que se fue quedando solo. La gente se refugió en los pequeños espacios, y comenzó a soplar el viento. Además de lluvia, caían hojas, flores, pequeños mangos y decidí quitarme los zapatos, andar descalza y disfrutar de ese regalo de frescor, colores, olores con la sensación de libertad y niñez.




 Llegué a una cancha de futbolito. Había un partido que siguió a pesar de la lluvia. Me quedé hipnotizada como si viera una película, pasó un recuerdo y otro. El de mi hijo detrás de la pelota en la cancha, con sus compañeros de equipo corriendo, sudando, gritando, rabiando, disfrutando y celebrando el gol. Y yo en las gradas viéndolo crecer, tomándole fotos, cruzando los dedos por el empate, preguntando y ahora ¿cuál fue la falta? Yamandú, mi hijo querido, llegó en ese momento a mi corazón a través de esos chicos pateando el balón debajo de la lluvia. Agradecí y se abrió un claro. Ahí en medio de la lluvia me envolvió una nube de felicidad. Entendí lo que puede ser un momento satori, o samadhi, un destello de lo que puede ser la verdad y sé la experiencia quedó sembrada en mi vida.  Espero que sean semillas de acacia como las que tanto me gustan, que crecen y se convierten en árboles frondosos, umbrosos y coloridos.
En la noche mi hijo me llamó eufórico, por lo que tanto había trabajado en estos años, se logró pero esa es otra historia.

Pumagá: el árbol paraíso del colibrí, picaflor, tucusito o quinde.

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El árbol es llamado de muchas maneras depende del hábitat del  hablante si es: venezolano será pumagá, pomagas o pumalaca, si es  mexicano le dirá pomarrosa. Aunque para nosotros los suramericanos la pumarrosa o pomarrosa es la prima pequeña: fragante, delicada, hueca y con la semilla suelta. Si quieren más información de éste árbol la pueden encontrar en:  http://www.flickr.com/photos/barloventomagico/2715037436/

La fruta de pumagá la conocí en las carreteras que van  al oriente de Venezuela. Niños y mujeres las venden a la orilla de los caminos en grandes cantidades. Un día en el pequeño jardín del edificio donde vivíamos en Caracas, mis hijos, vieron una enorme alfombra de pétalos morados en el piso, miraron hacia arriba y descubrieron el árbol de pumagá. Por supuesto se subieron al árbol, bajaron los pumagás que pudieron y se los vendieron  a los vecinos.
 Siempre el árbol estuvo ahí, pero como es tan discreto no lo habían notado hasta que sus flores comenzaron a convertirse en frutos, soltaron todos sus finos pétalos que tanto molestan a los vecinos por que ensucian. Bueno, así somos los habitantes de las ciudades. (Los citadinos protegen a sus autos de las flores del pumagá, dicen que manchan la carrocería.) 

Hace unos años mi amiga Yuraima me invitó a su casita de la playa y ahí habían varios árboles de pumagá con su alfombra de pétalos. El árbol no dice mucho por fuera, es de hojas grandes pero si de metes debajo y miras hacia arriba en época de floración entras a otro mundo. Ese día habían decenas, cientos de tucusitos libando de esas flores y yo sin cámara fotográfica. Me la pasé debajo de esos árboles, en algún momento salí para comer seguramente. He vuelto varias veces siempre con la cámara, preguntando cuando florecen los pumagas hasta que este fin de semana estaban suculentos, cargados de flores, comenzando a formarse las primeras frutas y llenos de pájaros. Pero los tucusitos eran muy pocos. 


Me contó Manolo, el conserje portugués que tiene su conuco con yuca, limón, plátanos, lechosas, yerbas aromáticas  ahí mismo, que se ha fumigado tanto que los colibríes cuando absorben el néctar de las flores se desploman en pleno vuelo envenenados por  los insecticidas. 
Río Chico, Higuerote y pueblos vecinos tienen una población afrodescendiente en su mayoría. A lo largo de los años se han desarrollado numerosos parcelamientos con casas, piscinas, edificios y clubes para la recreación de la gente de la ciudad especialmente de Caracas. Es la segunda residencia, donde se va a pasar el fin de semana y las vacaciones familiares. El motivo principal de las fumigaciones es acabar o disminuir los zancudos y mosquitos que atacan al atardecer.
Por ahora mientras lo pensamos mejor y no fumigamos las flores, los picaflores tienen en el sabio árbol de pumagá su paraíso particular. Florece por dentro protegiendo su centro con el follaje externo. Un ecosistema que estamos a punto de romper y de perder ese pájaro mágico  que con su presencia nos habla de energía, disfrute y abundancia. http://www.colibripedia.com/significado-colibri/


Entre el mar y la Laguna de Tacarigua hay un pequeño paraiso

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Los habitantes de Caracas amamos el mar. Los fines de semana, los días feriados, las vacaciones o cualquier día de la semana salimos buscando el aire marino, las playas, el pescado frito, el bronceado, las olas, los deportes acuáticos, la pesca y la compañía de la familia y los amigos. 
Este fin de semana nos fuimos a Río Chico, en Barlovento. Queda más o menos a hora y media saliendo de Caracas. Decidimos con mi amiga Yuraima hacerlo todo diferente. Nos paramos en el pueblo a comprar vegetales, frutas y jugos naturales y nos propusimos madrugar a comprar pescado y langostinos.
Mañaneando tomamos rumbo a la Laguna de Tacarigua donde se practica la pesca artesanal pues es un Parque Nacional.
 Nos desayunamos con una suculenta y espléndida empanada de camarones en la vía a Belén. La señora que hace las empanadas  nos dio generosamente la receta de la salsa verde para acompañar los camarones.
Llegamos a la orilla de la Laguna de Tacarigua y compramos un róbalo fresco que nos filetearon y unos enormes langostinos. Los precios: un tercio del costo en Caracas pero lo más valioso fue la elección del pescado fresco recién salido de una  atarraya.

Los pescadores estaban atarrayando, pescando con cordeles, con los motores de  las lanchas apagados o a baja velocidad para no espantar a los peces.

Los lugareños nos contaron que hay un sitio muy lindo al otro lado de la Laguna: Tortuga Lodge. Se llega en lancha y se sale de ahí mismo, del pequeño embarcadero de INPARQUEShttp://www.inparques.gob.ve/.
Al otro día volvimos con una pareja amiga y nos embarcamos los 4 por tan sólo 200 bolívares ida y vuelta a Tortuga Lodge.
Cruzamos esa Laguna mansa en un día espléndido. El joven lanchero nos llevó entre los manglares a los lugares donde están los flamingos jóvenes aún grises y los que ya se han puesto rosadosalmón , las garzas negras, blancas, las corocoras coloradas, los cangrejos azules, los rosados pequeños como flores y nos señaló un pequeño caimán que no vimos por andar mirando tanta belleza.

Nos dejó en el muelle de Tortuga Lodge y convinimos la hora de regreso.  Llegamos a la playa, conseguimos un  confortable lugar a la sombra y nos quedamos asombrados ante tanta playa, tan poca gente, sin ruido de equipos de sonido, ni vendedores ambulantes. Recorrimos la playa, nos bañamos en el mar calmo y tibio, comimos pescado con vino blanco frio en el restaurante, nos volvimos a echar los cuentos de la vida, nos actualizamos, nos llenamos de protector solar, el sol nos bronceo y nos sentimos felices de ser amigos por tantos años. Llegó la hora del regreso pero prometimos quedarnos algún día ahí, en las cabañas que alquila INPARQUES, y llegarnos a las 4 de la mañana hasta la orilla a ver desovar a las tortugas. 




La Infeliz Caracas según Gabriel García Marquez

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La primera vez que la oí nombrar fue en una frase de Simón Bolívar:”La infeliz Caracas”. Desde entonces, pocas veces la he vuelto a oír nombrar sin que vaya precedida de ese antiguo prestigio de infelicidad. Al parecer, su destino es igual al de muchos seres humanos de gran estirpe, que no pueden ser amados sino por quienes sean capaces de padecerlos.
Desde aquella remota frase de la escuela primaria, Caracas ha sido siempre para mí algo parecido a una obsesión. En el pueblo donde nací, que también tenía algo de infernal y no sólo por su calor de infierno, uno se encontraba a Caracas en el agua y la sal. Era un refugio de expatriados y apátridas del mundo entero, pero existía  una categoría aparte, mucho más nuestra que las otras, que eran los fugitivos del infierno de Juan Vicente Gómez. Ellos me dejaron a Caracas sembrada para siempre en el corazón, a veces por los horrores de sus cárceles, y a veces por la idealización de la nostalgia.

 Era difícil ser feliz pensando en Caracas, pero era imposible no pensar en ella.
Nadie me enseñó tanto sobre esa ciudad irreal, como la mujer que pobló de fantasmas los años más dichosos de mi niñez. Se llamaba Juana de Freites, y era inteligente y hermosa, y el ser humano más humano y con más sentido de la fabulación que conocí jamás. Todas las tardes, cuando bajaba el calor, se sentaba en la puerta de su casa en un mecedor  de bejuco, con su cabeza nevada y su bata de nazarena, y nos contaba sin cansancio los grandes cuentos de la literatura infantil. Los mismos de siempre, desde Blanca Nieves hasta Gulliver, pero con una variación original: todos ocurrían en Caracas.



Fue así como crecí con la certidumbre mágica de que Genoveva de Bravante y su hijo Desdichado se refugiaron en una cueva de Bello Monte, que  Cenicienta había perdido la zapatilla de cristal en una fiesta de gala de El Paraíso, que la Bella Durmiente esperaba a su príncipe despertador a la sombra de Los Caobos, y que Caperucita Roja había sido devorada  por un lobo llamado Juan Vicente el Feroz. Caracas fue desde entonces para mí  la ciudad fugitiva de la imaginación, con castillos de gigantes, con genios escondidos en las botellas, con árboles que cantaban y fuentes que convertían en sapos el corazón, y muchachas de prodigio que vivían en el mundo al revés dentro de los espejos. Por desgracia, nada es más atroz ni suscita tantas desdichas juntas como la maravilla de los cuentos de hadas, de modo que mi recuerdo anticipado de Caracas siguió siendo el de siempre: la infeliz Caracas.
Todo esto lo pensaba el 28 de diciembre de 1957- día de los Santos Inocentes además-mientras volaba desde París hacia Caracas en los aviones de cuerda de aquella época, que tanto tiempo daban para pensar.
A pesar del calor, del fragor del tránsito en las autopistas de vértigo, de las distancias cortas más largas del mundo, yo iba reconociendo a cada vuelta de rueda los sitios familiares de mi infancia desde que atravesé la ciudad por primera vez. 

Identificaba en las laderas escarpadas las cabañas de colores de los enanos, los dragones de candela, la torre del rey, y una edificación luciferina que sólo por su nombre sobrepasaba de muy lejos a todos los horrores del mundo infantil: el Helicoide de la Roca Tarpeya. Recuerdo que al verla por vez primera, asomada a su precipicio mortal, volvía a recordar: ”La infeliz Caracas”
Mi primer domingo en la ciudad desperté con la rara sensación de que algo extraño nos iba a suceder, y la atribuí al estado de ánimo que me había inspirado con sus fábulas doña Juana de Freites. Pocas horas más tarde, cuando nos preparabamos para un domingo feliz en la playa, Soledad Mendoza subió de dos zancadas las escaleras de la casa con sus botas de Siete Leguas.
-          ¡ Se alzó la aviación!-gritó
En efecto, quince minutos después, la ciudad se abrió por completo en su estado natural de literatura fantástica. Los caraqueños habían salido a las azoteas, saludando con pañuelos de júbilo a los aviones de guerra, y aplaudieron de gozo cuando veían caer las bombas sobre el Palacio de Miraflores, que para mí seguía siendo el Castillo del Rey que rabió. Tres meses después, Venezuela fue por poco tiempo, pero de un modo inolvidable en mi vida, el país más libre mundo. Y yo fui un hombre feliz, tal vez porque nunca más desde entonces me volvieron a ocurrir tantas cosas definitivas por primera vez en un solo año: me casé para siempre, viví una revolución de carne y hueso, tuve dirección fija, me quedé tres horas encerrado en un ascensor con una mujer bella, escribí mi mejor cuento para un concurso que no gané, definí para siempre mi concepción de la literatura y sus relaciones secretas con el periodismo, manejé el primer automóvil y sufrí un accidente dos minutos después, y adquirí una claridad política que habría de llevarme doce años tarde a ingresar en un partido de Venezuela.
Tal vez por eso, una de las hermosas frustraciones de mi vida es no haberme quedado a vivir para siempre en esa ciudad infernal. Me gusta su gente, a la cual me siento muy parecido, me gustan sus mujeres tiernas y bravas, y me gusta su locura sin límites y su sentido experimental de la vida.
 Pocas cosas me gustan tanto en este mundo como el color del Ávila al atardecer. Pero el prodigio mayor de Caracas es que en medio del hierro y el asfalto y los embotellamientos de tránsito  que siguen siendo uno solo y siempre el mismo desde hace 20 años, la ciudad conserva todavía, en su corazón la nostalgia del campo. Hay unas tardes de sol primaveral en que se oyen más las chicharras  que los carros, y uno duerme en el piso número quince de un rascacielos de vidrio soñando con el canto de las ranas y el pistón de los grillos, y se despierta en unas albas atronadoras, pero todavía purificadas por los cobres de un gallo. Es el revés de los cuentos de hadas: la feliz Caracas.



Madrid en verano: conociendo a mis camaradas fotógrafos

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Espejo de agua del templo de Debod
Nos citamos en Madrid el 2 de Septiembre. Llegamos puntuales al aeropuerto de Barajas. Ellas: Alison y Camila, desde Nueva York  y yo desde Bogotá.  Nos abrazamos esa soleada mañana con la ilusión de disfrutar cada momento de  esos 21 días de verano entre España y Portugal.
Estaba casi todo planificado en fechas y horas, las ciudades a visitar, los hoteles, los trenes, las entradas a la Alhambra, los autobuses a tomar y el día de regreso.
Hacer las reservas con tiempo  en hoteles, apartamentos, trenes y aviones  en España y Portugal es muy conveniente.   Se consiguen mejores precios en hoteles al igual que en el transporte por tren con el sistema http://www.renfe.com/viajeros/viajes_internacionales/eurail.html. Con tres viajeros consigues descuento de grupo.
La Salamanquesa en el Hotel Vincci Soho en el Barrio de las Letras
¿Y que queríamos del viaje? Conocer, disfrutar, estar juntas, mirar  cada una desde su circunstancia y compartir. Ellas, casadas, norteamericanas, jóvenes y prácticas habían comprado leído, estudiado y subrayado un libro sobre España y Portugal y querían sol y aire libre. Yo, suramericana, madurita y soltera estaba dispuesta a disfrutar el aquí, el ahora y quería conocer a mis amigos virtuales y fotógrafos del grupo Camaradas. http://camaradasphotography.blogspot.com/ Gracias a ellos había conseguido referencias de hoteles, reservas, información acerca de esos sitios y horas para hacer una buena foto y lo mejor de todo: la promesa de conocernos pronto.
Por las calles de Madrid
Nos hospedamos en el Hotel NH Zurbano http://www.nh-hoteles.es/nh/es/hoteles/espana/madrid/nh-zurbano.html y el primer día tomamos el metro buscado el Museo del Jamón para  almorzar en la Gran Vía. En esa comida aprendimos que las raciones son generosas, que el vino de la casa es más barato que una botella de agua, que hay muchas variedades de jamones y que las más sabrosas son las de cerdos ibéricos alimentados con bellotas y el jamón serrano hecho con cerdos blancos. Entre los quesos madurados elegimos el manchego hecho con leche de ovejas y con denominación de origen en la Mancha.
Y partimos en busca del Templo de Debod por recomendación de Ana. Ella nos dijo que fuéramos al atardecer por la luz extraordinaria a esa hora y llegamos antes, bueno eso de la diferencia de hora, el calor del verano y la comida nos traía un poquito lentas. Es un templo que estaba cerca del rió Nilo y  Egipto lo regaló a España.  No vimos el atardecer, tome fotos del otro lado del templo,  y comenzamos a caminar. Visitamos los jardines de Sabatini, la catedral de la Almudena, El Palacio Real, el Mercado de San Miguel,  la Plaza Mayor y la Plaza del Sol.
Al llegar al Palacio Real, preguntamos si vivían los reyes ahí y nos contestaron que realmente el Palacio se utilizaba en ciertas ocasiones y ceremonias especiales. El mercado de San Miguel http://www.mercadodesanmiguel.es/el-mercado/  lo disfrutamos mucho. La oferta gastronómica es variada y optamos por una sangría de oporto deliciosa. Nos deleitamos viendo las tapas, o como decimos en América: pasabocas, pasapalos, botanas, antojitos entre otras denominaciones.

Los Museos que visitamos: Thyseen- Bornemisza, El Prado, El Reina Sofía

Al otro día fuimos caminando por el Paseo del Prado hasta  los  museos. 
Comenzamos por el  Museo Thyseen- Bornemisza   http://www.museothyssen.org/thyssen
Camila encontró a su amado Van Gogh y yo defensora a ultranza de la lactancia materna encontré una pintura de un anónimo holandés cerca de 1525 , llamada "La virgen dando de mamar al niño". 
Del Museo Reina Sofía  recuerdo especialmente el Guernica de Pablo Picasso http://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/guernica. En este museo me acompañó mi amiga camarada fotógrafa Salomé http://yonosoyulises.wordpress.com/. Paseamos entre Picassos, Miros, fotografías y otros artistas  hasta que llegamos a la sala del Guernica. Me impresionaron los apuntes en carboncillo de Picasso antes de elaborar el gran formato. 

Les Vessenots en Auvers de Vincent Van Gogh






Por supuesto fuimos al Museo del Prado y recorrimos lo que pudimos hasta que nos saturamos visualmente. El Museo recomienda varios recorridos según el tiempo disponible y lo que se desea ver. Velasquez   con su famoso cuadro de las Meninas, Rubens,  Goya ...: http://www.museodelprado.es/coleccion/que-ver/ 
El nacimiento de la vía láctea de Rubens 1636 en el Museo de El Prado

Los amigos y las calles

Lo mejor de Madrid fue conocer a  los amigos camaradas y a sus familias, dice ahora Alison.  Camila quedó encantada con la tarde y anochecer en Chueca de tapas, martinis, gin tonic, cena, conversaciones y amigos en las terrazas madrileñas. A mi me gustaron los grandes espacios, los parques, los bulevares, los jardines, las fuentes,  los pequeños detalles como el canto de pajaritos en los semáforos para que las personas ciegas puedan saber que tienen vía libre, la facilidad, puntualidad  y seguridad del trasporte público(metro, buses, taxis), la gran cantidad de museos y actividades  y por encima de todo: los habitantes de Madrid.
Cada una de mis amigas que conocimos nos abrió los brazos y nos desvirtualizamos. Compartimos con sus familias, nos contaron de la vida en Madrid, nos llevaron a sus sitios preferidos, caminaron a nuestro ritmo, fueron amables, generosas y alegres cada una a su manera.
 Hace unos meses, en uno de los juegos fotográficos tuvimos que hacernos un autorretrato y esa era la imagen que teníamos de cada uno. La primera que conocimos fue Ana http://www.flickr.com/people/encolmenar/. Nos esperó en la estación de Atocha para llevarnos en su coche a  cenar casa de Charo a las afueras de Madrid. Llegamos puntuales a la cita y la reconocí enseguida por esos ojos verde tan expresivos. El abrazo fuerte y nos montamos en su coche rumbo a casa de Charo.http://www.flickr.com/photos/guenwhyvar/  Charo estaba horneando varitas mágicas o estrellas para el cumpleaños de su hija. Nos presentó a sus hijos, a su esposo y nos mostró orgullosa su casa y a su familia perruna. Es franca, alegre, abierta, descomplicada y risueña.

Ana es fuerte, sincera, practica con los pies bien puestos sobre la tierra y con una tenacidad admirable. Vive como a 35 kilómetros de Madrid y Charo como a esa distancia pero del otro lado.  En las afueras están las urbanizaciones de casas, en Madrid sólo hay edificios de pisos o apartamentos. Así que hizo camino para llevarnos. Nos fuimos contando la vida, viendo las afueras de Madrid, preguntando y escuchando. Ana nos acompaño también a Chueca y en nuestra última mañana en Madrid cuando conocimos a su guapo esposo y bellas hijas. Organizaba el grupo, nos brindó las ultimas tapas y entre muchas cosas hablamos de lo que es mala educación en España. Rebañar el plato en público, es decir recoger las sobras o la salsa con el pan de los platos de comida, cosa que hicimos siempre las americanas. Ahora entiendo algunas miradas.

La librería preferida de Mariló
Con Mariló nos citamos una tardecita en la salida del Museo Reina Sofía. Llegó con su melena de leona y su sonrisa y fuimos a recorrer el Barrio de las Letras http://www.esmadrid.com/es/portal.do?TR=C&IDR=472. Nos enseño a ir de tapas, a diferenciar los vinos de la casa, nos puso al día en el tema inmobiliario, y comenzamos por El Barril  http://www.barrildelasletras.com/ pidiendo una tortilla española, unas aceitunas gigantes, salmorejo, croquetas  y atún. Caminamos por las calles con nombre de escritores y poetas y días después regresamos al barrio de día con Ana y Salomé cuando se realizaba una feria de decoración y antigüedades. http://www.decoesfera.com/otros-espacios/decoraccion-2013-la-feria-de-la-decoracion-abarroto-madrid
Mariló tiene visión de empresaria y ejerce como tal en varias facetas y tiempos de su vida. Es profesora de fotografía,http://www.latallereria.com/web/fotografia-de-ninos-2/ creadora de camisetas para amamantar y tiene una familia con su esposo y tres hermosos hijos. Es directa y divertida y nos hizo unas hermosas fotografías en una de las terrazas madrileñas. http://www.flickr.com/photos/manifotos/9899734776

Salomé http://www.flickr.com/people/tienepatitas/ llegó desde Galicia para conocernos. Nosotras llegábamos de Portugal y ella de Galicia cuando nos encontramos en el lobby del Hotel. Dejamos las maletas y salimos a desayunar, al Museo Reina Sofia, al parque del Retiro, a la cuesta de Moyano hasta que que se nos unieron las chicas para la comida y la última noche en Madrid. Salomé es veterinaria, lectora empedernida y fotógrafa así que disfrutamos mucho en esa cuesta de Moyano llenita de librerías con ofertas en libros usados y nuevos. Hablamos de los proyectos personales, de los cambios, de los fotógrafos. Me acompañó hasta al aeropuerto de Barajas, desde allí  ella se iría a Galicia y yo a Bogotá. Antes de irme me regaló un pez amuleto de cerámica de Sargadelos, típica de Galicia. Me gusta mucho el trabajo fotográfico de Salomé. Completó el reto de hacer 365 fotografías, una por día durante un año http://www.blurb.es/b/2914825-365-dias-365-fotosy le agradezco inmensamente su gesto generoso de bajar hasta Madrid a conocernos y sincronizar sus horarios con mi partida, ese día que me despedí con lagrimas de mi hija, de Alison, de Ana, de ella y de España.

La Cuesta de Moyano:  libros, libros, libros

Jardín vertical de La Caixa Forum
En el Parque de El Retiro

Mercería del Barrio Las Letras













Cuando no salga la luna ae.....

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El profesor Marlon, dirigiendo a su orquesta y coros del Programa hospitalario
La Navidad en Caracas es muy alegre. En el Hospital de Niños J.M. de los Ríos se celebra todo el mes. Se reúnen los equipos de trabajo en comidas colectivas, con música, intercambios de regalos y baile. Una de las celebraciones más lindas y sentidas fue el concierto navideño  de los integrantes del Programa Hospitalario de la Fundación Musical Simón Bolívar http://fundamusical.org.ve/
El profesor Marlon comenzó hace más de un año junto con varios colegas músicos y docentes del famoso Sistema de  orquestas y coros  lideradas por el maestro José Antonio Abreu, a enseñar música a los niños y adolescentes pacientes del Hospital. El programa se extendió al personal que labora en el centro de salud y vemos que se han integrado: médicos, enfermeras, docentes, voluntarios y otros profesionales a los estudios musicales. Cantan, estudian solfeo, tocan instrumentos que son proporcionados por Fundamusical. Los alumnos se reúnen por las tardes en los diferentes espacios hospitalarios para practicar guiados por sus profesores. En la mañana los docentes de música llegan hasta los hospitales de día donde los niños con cáncer, con enfermedades renales u otras afecciones agudas o crónicas, reciben tratamiento. Mientras la quimioterapia entra a su cuerpo, o son dializados, van practicando, tocan el cuatro, la flauta, el violín  y cada maestro de música con una paciencia infinita corrige, repite, indica hasta que sale el sonido deseado. Ya estamos acostumbrados a encontrar en el rincón más insólito a un niño tocando el violín y al serio profesor Marlon dirigiendo, o a escuchar a la profesora de cuatro tomando lección a sus alumnos. Son varios profesores jóvenes y talentosos.


Han ofrecido varios pequeños conciertos en actos del hospital en el auditorio o en los Servicios Médicos y en otros hospitales como el Cardiológico Infantil.
Pero el gran concierto fue el 2 de Diciembre en la Sala Simón Bolívar en la sede de FundaMusical. Tocaron, cantaron villancicos y parrandas. También nos contaron historias de Navidad y nos alegraron el alma.



Este pequeñito que perdió su brazo por un cáncer, fue una de las estrellas que más brilló. Tocó el xilófono y el cajón con su mano y los pies y lo disfrutó.


Cada uno de los cantores y de los músicos se lucieron como el director. Pero quién más disfrutó fue el público que aplaudió hasta lograr el bis de la parranda que dice:
Cuando no salga  la luna ae
Cuando no canten los gallos
Yo te daré mi canto,  
Mi canto será un cielo estrellado.....

La profesora de cuatro, Ambar Manzano ,y sus alumnos
El coro del Hospital de Niños y las niñas de la casa de Santa Mónica en el concierto navideño.
 Así recibimos de estas hermosas personas, la esperanza,  cuando no nos salga la luna y en esa oscuridad tengamos que enfrentar  una situación difícil. Gracias a estos niños y adolescentes, que están transitando por enfermedades crónicas o agudas, a sus médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud que los están ayudando a sanar,  por  sencillamente disfrutar, cantar, tocar y regalarnos un cielo estrellado en esta Navidad.


Holy Toledo

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Salimos de la estación de trenes "Atocha" en Madrid en un AVE( Alta Velocidad Española) hacia Toledo. Tan solo media hora de viaje y llegamos a la hermosa estación. De ahí se puede ir hasta la Plaza de Zocodover en autobús, si tienes cambio en billetes de baja denominación. No es fácil conseguir que te cambien un billete de 100 euros. Al final compramos un mapa y nos fuimos en taxi hasta Zocodover. Comenzamos a caminar por las callecitas estrechas llenas de tiendas para turistas con productos de plata, figuras de toros en mosaicos, abrecartas en forma de espada como el que tenía mi padre en su escritorio.
Alison que nació en New York  quería saber de dónde viene la frase en inglés: Holy Toledo que se utiliza cuando algo nos asombra. Camila como siempre con ese sentido de la orientación tan extraordinario que tiene nos guiaba hacia la Catedral. Yo miraba las vidrieras de las pastelerías llenitas de mazapanes.
Estación del tren en Toledo

Espadas, abrecartas, platos, joyería y armaduras de diversos tamaños en las tiendas de Toledo


Llegamos a la Catedral y comenzamos el recorrido alquilando los audífonos que van sugiriendo una ruta y explicando detalladamente cada rincón. Es una Catedral Gótica y duraron más de 400 años construyéndola, remodelándola, anexando espacios y es asombrosa la gran cantidad de estilos que hay. Hay que tomarse su tiempo y observar detalladamente lo que más le llame la atención. A mi me dejaron con la boca abierta: los techos, el retablo del altar, el transparente y los detalles de las tallas de madera de sillas, puertas y retablos. Cada talla por pequeña que sea,  fue trabajada minuciosamente. Me imagino a los artistas artesanos recreando las caras de sus conocidos para lograr los cientos de figuras que hay en las diferentes capillas y naves. Están presentes varios estilos: barroco, clásico, churrigueresco, árabe, tallas en madera cubiertas con hojas de oro, pinturas, lámparas, tapices, estatuas de reyes, obispos y santos. El coro es inmenso como todo en esta Catedral que contiene el trabajo exquisito de cientos de artistas, arquitectos, maestros herreros y uno se maravilla del poder de creación  de tanta belleza del hombre y de la tenacidad de varias generaciones de poderosos en construir esta imponente catedral. Si es para asombrarse y exclamar "Holy Toledo"

El transparente 

Retablo del altar mayor

Las galerías externas de la Catedral


Saliendo de la umbrosa catedral buscamos un lugar para comer. Pedimos la carcamusa, un guiso picante de ternera, papas y vegetales típico de Toledo. Riquísimo acompañado con  tinto de verano, elaborado con un vino tempranillo y limonada. 
Volvimos al Zocodover, hay un puesto de información turística y nos recomendaron el paseo en el trencito. Cuando se llenó nos hicieron un recorrido con explicaciones incluídas. Salimos de Toledo por un puente sobre el río Tajo, subimos y pudimos ver a la orilla del río, restos de asentamientos romanos, tomar fotos panorámicas de la ciudad e imaginar mientras nos contaban que por ahí pasó el Cid Campeador, que las monjitas en una época de hambruna salvaron a la población con lo único que tenían que eran almendras y azúcar y de ahí nació el mazapan. Pero costaba imaginarse a Cid Campeador con ese calor o a cualquier guerrero con cotas de malla. Entramos y salimos por las puertas y murallas de los árabes.  Ese días estaba cerrado El Alcázar que alberga la historia de asedios y batallas. Toledo es apacible ahora. No sentamos en uno de sus cafés a merendar te, café y mazapanes antes de regresar a Madrid.


Barcelona con tiempo para descubrirla.

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Salimos tempranito desde la estación de Atocha en Madrid en un AVE, (un tren de Alta Velocidad Española) rumbo a Barcelona. Era la primera vez en estos trenes y me preguntaba si se podría ver bien a través de la ventana por la velocidad. La vista impecable.  Los billetes eran de primera clase: buena silla, desayuno, revistas, diarios y yo lo único que quería era¡¡¡ver por la ventana!!!
Resulta que en esa parte de España no hay césped, grama o pasto, se ven los pequeños arboles de olivo en la tierra pelada. ¿Y que comen entonces, de donde vienen las frutas, las hortalizas? Llegando a Barcelona el paisaje se torno más verde y el viaje de dos horas y media había terminado.
Tomamos un taxi hasta   la oficina  donde debíamos buscar las llaves del  apartamento  que habíamos rentado por Internet en el Barrio Gótico. Seguimos en el  taxi  hasta donde pudo transitar por esa estrechas calles. Caminamos arrastrando las maletas y encontramos el edificio en carrer Sant Pere Mitja 33,4,1

Subimos cuatro pisos por una estrecha y oscura escalera con las maletas. El apartamento  moderno, aire acondicionado, no había agua caliente, ni servía el lavarropas (lavadora). Por teléfono solicitamos otro apartamento y no había. Consejo: cuando rente un apartamento por días o semanas, además de ver por Internet las fotografías del lugar, pregunte en que piso queda, si  hay ascensor, trasporte público cerca y lo que se le ocurra. Hay ventajas al rentar un apartamento pero la de la solución de los problemas de inmediato no es una de ellas a diferencia del hotel.
Ya habíamos pagado por adelantado la estadía así que salimos buscando el Museo Picaso http://www.museupicasso.bcn.cat/es/ cerca del lugar. En ese momento, Allison y Camila pensaron en que nos cambiáramos a un hotel. Era muy difícil y caro conseguirlo sin  reservas. Nos dividimos: ellas al hotel y me quedé con el apartamento del barrio gótico. Felices con el acuerdo seguimos caminando y disfrutando cada calle, plaza o iglesia con siglos y siglos de historia. Al pasear entre calles tan estrechas vas sintiendo la vida de sus habitantes: las señoras que van por la compra diaria, las conserjes barriendo las aceras, las amas de casa lavando la ropa y poniéndola a secar, los musulmanes en la hora de la oración, los niños saliendo al colegio, los jóvenes turistas amanecidos buscando una dirección, los artesanos, el olor de las panaderías, la fruta en los pequeños mercados, los almacenes de los chinos, los perros paseando a sus dueños y los gatos deambulando y buscando un poco de sol.
El barrio gótico se extiende por pequeñas calles, estrechas, habitadas por propios y extranjeros. Calles, callejones, pequeñas capillas, plazas, el mercado de Santa Caterina y ahí nos detuvimos a comer. http://www.barcelonaturisme.com/Sant-Pere-y-Santa-Caterina/.


Salimos del barrio gótico y nos encontramos en el BORN http://www.barcelona-tourist-guide.com/sp/barrio/el-born.html. Las calles más amplias y con pequeños restaurantes, pastelerías, librerías, boutiques, joyerías y galerías de arte, museos como el de la marihuana. http://hashmuseum.com/es
Museo de la Marihuana
¡¡¡Galletas exageradamente buenas!!!

Barcelona ofrece un red publica de alquiler de bicicletas

La Barcelona de los amigos fotógrafos del grupo "Camaradas"


Llegó el momento esperado por nosotras: conocer a los amigos fotógrafos "Camaradas" http://www.flickr.com/groups/ilovelatelier/. La cita fue con Clara  en el centro comercial  Arenas http://www.arenasdebarcelona.com/ Para sorpresa y satisfacción  nuestra la antigua plaza de toros fue transformada en un centro comercial conservando la fachada en estilo mudéjar.
Clara http://www.flickr.com/photos/jorclaire/ cantarina como el agua nos recibió junto con su esposo Jordi con una enorme sonrisa y un gran abrazo. Cenamos en la terraza del Arenas, en el restaurante Mussol, entre un atardecer bellísimo y una vista de 360 grados de Barcelona. Nos introdujeron en la comida catalana: el pan con tomate y aceite de oliva,  jamones, quesos, escalivada (pan con pimientos, berenjenas y anchoas), butifarras y de postre crema catalana.
 Llegó la noche y el momento esperado por mi por muchísimos años: ver la fuente de Mont Juic con su espectáculo de luz y música. http://www.minube.com.ve/rincon/la-fuente-magica-de-montjuic--a86325 . Hace mucho mucho tiempo estuve en Barcelona con mi amiga Mina un mes. Fuimos no se cuantas veces a ver la fuente prendida y no lo logramos. Esta vez caminamos ya entrada la noche desde las Arenas hasta llegar a la fuente de Mont Juic iluminada con colores y formas cambiantes al compás de la música clásica. Nos salpicaban las gotas, nos envolvió la música y al fin hicimos silencio. Así embelesados ocurrió la magia: Jordi abrazó a Clara, Alison y Camila me envolvieron en un abrazo y nos miramos los cinco, sin palabras con la certeza de estar inmersos en esa nube de colores y melodías que nos llegaba al alma. 


¿Quién se ha robado mi foto?

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Dr. Patch Adams visita el Instituto Oncológico Dr. Luis Razetti de Caracas. Al fondo la Dra. Patricia Bonilla Jefa del Servicio de Cuidados Paliativos y Medicina del dolor
La foto más robada: el Dr. Patch Adams en visita al Hospital Oncológico Luis Razetti de Caraca

Nosotros, los fotógrafos, somos exhibicionistas !!!todos¡¡¡ Nos gusta que vean nuestras fotos y conocer la opinión del otro: la familia, la pareja, el público, el editor de la publicación, el grupo de amigos y hasta de los enemigos. A través de Internet podemos relacionarnos globalmente y la retroalimentación de nuestras exposiciones digitales es mayor.
Ha sido utilizada por posadas, hoteles y páginas de turismo en todo el mundo. Tomada en el Hato Piñero, puedo decir quién iba en cada caballo.
 Exponemos en redes sociales como: facebook y flicker, publicamos el trabajo fotográfico en blogs personales y llegamos a grandes públicos. Pero estamos expuestos  al robo de imágenes, al plagio, a que alguien copie el trabajo y hasta lo mejore.
Ideal y utilizada en fotos de turismo. Fue tomada en el Hato Piñero Venezuela
Hay maneras de protegerse como subir en formatos con muy baja resolución o saber quién nos roba una imagen y proceder a exigir el pago por el uso de las fotografías. Esto nunca me ha dado resultado; sencillamente eliminan la fotografía de la página web o del sitio donde la están utilizando.
Otra foto robada
En el grupo de fotógrafos llamado "Camaradas"www.flickr.com/groups/ilovelatelier/ al cual pertenezco orgullosamente compartimos además de los retos fotográficos, mucha información sobre fotografía. 
Una de las fotógrafas: Eva http://www.flickr.com/photos/46110222@N06/ nos enseñó a instalar la opción llamada: Who stole my pictures. Sólo funciona con Mozilla Firefox, así que hay que instalar el navegador Mozilla y seguir las instrucciones de Eva:
2. Descargar e instalar la aplicación.
3. Cerrar Mozilla y volverlo a abrir.
4. Abrir el sitio donde esta la foto que tu quieres rastrear y saber si ha sido robada. (Puede ser en flickr, en tu blog personal, página web.)
5. Colocar el cursor encima de la foto, hacer click con el botón derecho del ratón
6. Elegir la opcion: Who stole my pictures
7. Elegir en  que buscador la quieres encontrar: puede ser google
8. Esperar unos segundos  que la búsqueda termine y ¡¡¡sorpresa!!!
Aparecen los resultados y puedes ir viendo como tu foto ha sido robada, por quién y para qué ha sido utilizada. Sólo busco en google pero alguna vez hice la prueba con varios buscadores y encontré fotos en sitios rusos, chinos etc.
Tomada en Capadocia Turquia, ha sido utilizada por revistas para ilustrar los viñedos de SurAmérica y Europa.

Meditando en el Parque del Este de Caracas. Mi amiga Leise, la modelo. Foto del archivo de la Revista Sonrisas


¿Cuando no te roban una foto?

  • Cuando te han pagado por la foto  bien sea el medio que la utiliza o la agencia de fotos que ha comprado los derechos de comercialización
  • Si la has cedido voluntariamente y se cumplen las condiciones de la cesión.

En algunas oportunidades me han solicitado fotografías para ser publicadas en medios impresos o digitales de manera gratuita. Las he cedido por escrito a organizaciones no gubernamentales, eventos científicos, instituciones sin fines de lucro siempre y cuando me den el crédito como fotógrafa o enlacen el link de mis sitios públicos.Otras veces he encontrado mis fotos en blogs y dan el crédito, enlazan el link y en este caso considero que no la han robado.

Cuéntame¿ cómo proteger las fotos?

¿Te han robado una foto? ?Instalaste ya https://addons.mozilla.org/en-us/firefox/addon/who-stole-my-pictures/ ? ?Qué encontraste? ¿ Sabes como proteger tus fotos? Si lo sabes por favor comparte conmigo la información.












Barcelona: vibrante y orgullosa

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Sus banderas: ¿nos quedamos o nos separamos de España?
Cataluña es vigorosa. Sus habitantes hablan la lengua catalana y el  español. El movimiento independentista catalán es fuerte y se puede ver la bandera estelada (estrellada) en muchos lugares.
Barcelona,  su capital es una ciudad para saborearla con calma y en varios días.
Tuvimos la suerte de tener por anfitriones a: Clara www.flickr.com/photos/jorclaire/ , su esposo Jordi, Carles /www.flickr.com/photos/littleblackewe/ e Ingrid www.flickr.com/photos/idniama/13488526824/, mis amigos fotógrafos Camaradas.www.flickr.com/groups/ilovelatelier/pool/.
Mientras nos conocíamos:  hablábamos, tomábamos fotos, comíamos y  compartían sus lugares queridos. Nos guiaron a través del barrio gótico, del Born, de las Ramblas, del Museo de Miro http://www.fundaciomiro-bcn.org/?idioma=6, almorzamos en una vieja caballeriza , el restaurant el Arcano http://www.arcanobcn.com/, comimos pasteles y un rico chocolate en Escriba http://www.escriba.es/. Es un lugar icono de la pastelería y bollería en Barcelona. Visitamos nuevamente el mercado de la Boquería pero esta vez fuimos  al sector no turístico: el mercado para los parroquianos.

El Mercado de la Boqueria  http://www.boqueria.info/


Mercado de la Boquería

Cientos de historias en cada plaza, edificio, iglesia, calle  que se mezclaban con el día cotidiano como cuando nos enseñaron los árboles de morera, si esos mismos, los que se comen los gusanos de seda. Estábamos en una plaza http://www.barcelonaturisme.com/El-Foso-de-las-moreras  e Ingrid nos relató el ciclo de vida de los gusanos de seda, cosa bastante natural para ella que ha criado a varios gusanitos hasta verlos volar como mariposas. Ese días fuimos todos al Museo Miro. Un deleite para la vista: el edificio y cientos de pinturas y esculturas del artista. Clara y Carles nos llevaron a las iglesias góticas, Santa Maria del Pi y Santa María del Mar, mis preferidas http://lamaletadeglo.blogspot.com/2013/02/paseo-tematico-por-el-barrio-gotico-de.html. Iglesias construidas en el siglo XIV  en piedra. Austeras, silenciosas, altísimas, con vitrales hermosos y rosetones enormes hermosamente iluminados por la luz natural. ¿Cómo y quienes las construyeron? la respuesta  la dio Carles cuando nos mostró una de las puertas de Santa María del Mar. Un homenaje a  los cargadores de piedras. El escritor Ildefonso Falcones en su libro "La Catedral del Mar" recrea la vida de uno de estos señores que trabajó construyendo la catedral. http://www.ildefonsofalcones.com/libros/la-catedral-del-marhttp://es.wikipedia.org/wiki/Arnau_Estanyol

Clara es asidua a una de las iglesias y cuando entramos se sorprendió cuando nos cobraron la entrada. Le pregunte al vigilante ¿si uno es católico y simplemente quiere entrar a orar tiene que pagar?  Hay un horario para eso, fue su respuesta. 
Así que nosotros los turistas hemos invadido cada uno de los rincones de Barcelona. Las ramblas son muy concurridas y vi señoras mayores tratando de cruzar la calle en medio de cientos de turistas. Observé varios vendedores ambulantes de copias de carteras de marca. Los he visto en varios países, cargan su mercancía al hombro, se paran, las colocan en el suelo y alzan vuelo cuando la autoridad se acerca. Una vida dura para estos inmigrantes.
Vendedores de carteras en las ramblas


Rosetón Santa María del Pi
Santa María del Pi http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_del_Pino y Santa María del Mar http://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Mar%C3%ADa_del_Mar
Santa María del Mar



Rosetón de la Iglesia de Santa María del Mar



En homenaje a los cargadores de las piedras o  bastaixos http://es.wikipedia.org/wiki/Bastaixos quienes construyeron  la catedral de Santa María del Mar

La Sagrada Familia es la iglesia basílica más famosa de Barcelona y el sitio más visitado. Antonio Gaudíhttp://es.wikipedia.org/wiki/Antoni_Gaud%C3%AD el archifamoso arquitecto catalán inició su construcción en 1882 y aún siguen los trabajos.



Barcelona tiene muchas construcciones de Gaudí. Son hermosas. Edificios orgánicos con cerámicas de colores, movimientos ondulados y gran cantidad de elementos decorativos con simbolismo propio. Mi lugar preferido es el Parque Guell. Un proyecto urbanístico financiado por Guell y diseñado por Gaudí que afortunadamente no prosperó. Sólo se construyeron dos casas la de Gaudí y la casa Trías. (Mi hija que lleva ese apellido estaba encantada con el hallazgo.) Y digo afortunadamente porque se convirtió en parque público para el disfrute de los visitantes. La casa de Gaudí está abierta al público y conserva gran parte del mobiliario diseñado por el arquitecto.



El Parque Guell http://es.wikipedia.org/wiki/Parque_G%C3%BCell

La casa de Gaudí en el Parque Guell

Diseñó además los muebles y elementos decorativos
Desde su casa Gaudí podía observar  La Sagrada Familia





Barcelona y el Mar http://www.itineraplus.com/es/rutas/item/83-barcelonas-seafront

Barcelona, puerto importantísimo en el Mar Mediterráneo tiene una historia de miles de años. Nos contaron que en el año de las Olimpiadas en 1992 se recuperaron las playas y se convirtieron en espacios públicos concurridos por propios y turistas. Clara nos guió por La Barceloneta.  Ella trabaja ahí cerca y tiene unas vistas interesantes todos los días. Caminamos, comimos crepes francesas,  http://www.creperiebretonne.com/P_Creperie_Barcelone_ES.html, helados catalanes y nos despedimos de nuestra gran anfitriona Clara. Antes lo hicimos de Jordi,  Ingrid y de Carles. Y nos quedamos con el corazón latiendo suavecito. Compartimos con sus familias una cena, nos mostraron sus sitios amados, sus comidas preferidas, nos hicimos fotos, nos contamos la vida y nos miramos a los ojos en el momento del adiós agradecidos de habernos encontrado en esta vida.



La Barceloneta



Las vistas de Clara





Un idilio con Málaga.

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Llegamos en tren a Málaga desde Barcelona. En mi mente había imaginado el viaje viendo el mar Mediterráneo por casi 6 horas pero el tren iba por los rieles tierra adentro: Barcelona, Tarragona, Lleida, Ciudad Real, Córdoba y Málaga entre otras. El poblado que más me impresionó por su nombre y lo que evoca  fue: La Mancha, ahí donde vivía el hombre que nunca perdió la esperanza, el cincuentón  Don Quijote, hace 409 años. Valió la pena el viaje por: Cataluña, Aragón, Castilla La Mancha y Andalucía para  ver de nuevo  al Mar Mediterráneo en su Costa del Sol.
 Llegamos a la estación María Zambrano y tomamos un taxi al hotel Petit Palace. http://www.petitpalaceplazamalaga.com/ y hete aquí que el hotel está en el bulevar Larios con la esquina del pasaje Chinitas, vías peatonales. Caminamos arrastrando nuestras maletas unos pocos metros hasta encontrar el hotel. 
Comenzó nuestro  idilio con Málaga ahí mismo en el bulevar, calle Larios:  amplio, luminoso, con pisos de lozas de mármol, grandes tiendas, heladerías y sede de actividades diurnas y nocturnas. Cuando el sol arrecia, lo cubren con telas que atraviesan de lado a lado de la calle.

Las playas de Málaga

Edificios bellos en Málaga


La semana de la moda en la noche malagueña en la calle Larios
Comenzamos a ver Málaga desde el segundo piso los autobuses turísticos rojos  http://sientemalaga.com/buses-turisticos-en-malaga/ que pasan cada media hora, hacen un recorrido de 1:30 hora por la ciudad y te puedes bajar en el sitio que desees de la ruta y subirte otra vez durante 24 horas. Además te dan audífonos y puedes ir escuchando las historias de cada sitio. Vi la empinada calle Amargura  y cuando algo me lleve "por el camino de la amargura" la recordaré.

Así llegamos al Castillo y a la Alcazaba en el Monte Gibralfaro . http://www.malagahistoria.com/malagahistoria/alcazaba.html
¡¡¡ Y esas son murallas, qué trabajo, que anchas y fuertes!!! Desde esas murallas contemplamos Málaga. Nos adentramos en la Alcazaba  entre jardines, recintos amplios, frescos, espejos y pilas  de agua de estilo árabe y esas piedras  nos hablaron de  siglos y siglos de historias de  árabes y cristianos.


La Alcazaba
Murallas del Castillo de Gibralfaro

Eva fotógrafa  https://www.flickr.com/photos/46110222@N06/

En la noche nos esperaba Eva acompañada de sus hijos adolescentes y su mamá. Eva, fotógrafa amiga del grupo Camaradas, docente de inteligencia artificial en la universidad, con sentido del humor, organizadora nata, pone orden en el grupo de 30 fotógrafos y nos empuja con nuevos retos hasta donde puede. 
Decidimos ir a cenar en la playa y partimos en auto hacia Torremolinos. En 5 minutos llegamos y comenzamos a caminar entre el mar y los conjuntos de apartamentos, hoteles, y restaurantes para turistas sin prisas, quemados por el sol, sentados con la calma del que ya está retirado del trabajo y huye del frío  del norte. Alison, Camila y Eva caminaban adelante, parloteando en inglés y Lara y Pablo,  los adolescentes, se quedaron con su abuela y conmigo. La mamá de Eva vivió en su años mozos en Venezuela así que fuimos cruzando historias entre España y América, mientras soltaba datos geográficos, meteorológicos e históricos de Málaga y su alrededores. Me enseñó sobre los vientos del levante y del poniente y de la lógica de sus nombres. El viento del levante viene del este, por donde sale o se levanta  el sol y el viento del poniente del oeste por donde se pone el sol. Seguimos conversando, el sol se fue, no tome fotos y cuando me di cuenta estaba con las manos sumergidas en un acuario lleno de pececitos que te hacen la manicura. La idea fue de Lara con esos ojos verde alga, ese cabello dorado de sol y rizado de viento y mar. Llegamos a la playa y nos conseguimos con el esposo de Eva en el restaurant, (ya me dirá ella como se llama).  Pablo,adolescente, sereno, hermoso y fuerte pidió varios platos para todos: espeto de sardinas, coquinas, boquerones, adobo y otras delicias de peces y mariscos. Las sardinas son clavadas o espetadas  en  varas metálicas y asadas en brasas extendidas sobre una barca en tierra.http://www.cosasdemalaga.com/2012/10/la-historia-de-los-espetos-de-sardinas.htmlhttp://www.comidasmagazine.com/es/secciones/kitchens/un-relaxing-espeto-de-sardinas-en-las-playas-de-malaga/ Nos comimos todo, los chicos morían de sueño, era su primer día del colegio, el viento soplaba y quedamos agradecidas de ese momento con sabor marino con la familia de Eva. 

Cómo en un libro de Teo

Vivimos varios días en Málaga. Desayunamos un día en "La Canasta"http://www.lacanasta.es/la-canasta/, en el balcón del segundo piso mirando a la Plaza Constitución. Entre café con leche, dulces y croissants mirábamos pasar  a los habitantes de la ciudad. Camila se acordó de los libros de Teo de su infancia. Pasábamos horas con mis hijos leyendo, viendo y detallando los libros de Teo con ilustraciones a doble página llenas de situaciones y detalles y la plaza Constitución parecía salida de una de esas páginas.
 Las creadoras de Teo y su familia fueron tres ilustradoras de Barcelona bajo el seudónimo de Violeta Denou http://www.teo.es/es/quienes-somos.


Desde Málaga emprendimos viaje a varios sitios por autobús: las playas de Nerja y la ciudad de Granada.
Las chicas se montaron en las bicis, cortesía del hotel y se fueron de playa. Yo me quedé buscando las historias de Eva y su mamá en el centro de Málaga. Fui al mercado  Mercado de Atarazanas ahí almorcé parada pescado frito y cuando fui a escoger la fruta en uno de los puestos me regañaron. No se toca, me dijo la vendedora. Es así en Málaga, no se si en toda España. Tu pides la fruta o lo que sea y te llevas lo que te den. Pasé por el teatro romano, que me contó Eva, que descubrieron cuando iniciaron las obras para hacer los jardines de la casa de la cultura. Con los años la excavación se amplió y emergió el teatro del siglo I antes de Cristo. Con tanta historia en sus entrañas ha sido muy difícil concluir las obras del metro.
El hotel  Petit Palace ofrece a sus huéspedes bicicletas
Otro día paseamos por el puerto, saboreamos con placer los helados de mojito que sólo venden a los adultos,  disfrutamos del cielo azul, el clima cálido, las playas mansas, los chiringuitos, la comida, los cucuruchos de almendras que venden en las esquinas, el alboroto de los loros http://www.diariosur.es/v/20110801/malaga/decada-cotorras-20110801.html,  los naranjos en la vía pública, los chupitos de vino, las vidrieras y fuimos de compras. En la tarde nos llegamos al Museo Picasso quien nació en Málaga http://museopicassomalaga.org/. Precioso lugar con una luz hermosa y cálida que alberga en sus paredes  obras de Picasso.
En la nochecita Eva llegó para irnos de tapas. Nos llevó a dos de sus lugares preferidos donde comimos hamburguesa de rabo de toro realmente exquisitas acompañadas de vino. Nos dio la receta de los langostinos o camarones al pil pil (picantes), hablamos de la docencia e investigación, de los viajes por hacer, me regaló el nombre del color amarillo que se usa en las paredes de Andalucía: el albero, nos contamos esas pequeñas grandes cosas que guardamos las mujeres para esos momentos  y nos despedimos con la certeza de que algún día aquí o allá nos vamos a sentar en una mesa a compartir la vida un ratico.


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